–¿Tomás Preps? –Preguntó Carlos al desconocido mientras este fumaba en su ventana.
Carlos más allá de estar preocupado por haber follado sin condón, se preocupa por su propia estupidez. Para él tener conciencia de la estupidez propia es casi tan doloroso como sus posibles consecuencias. La mayoría para no reconocerla la disfrazan de buenas intenciones y de emociones vacías, la censuran. Carlos, sin duda, no podía hacer aquello.
Empotrador83 le respondió que sí, que él las tomaba. Carlos quiso cambiar de tema y para sentirse menos estúpido formuló lo que para él sería una conversación interesante.
–Los debates actuales sobre las Preps y el de la maternidad subrrogada son bastante interesantes.–Dijo Carlos esperando empezar una conversación para ganar tiempo, unos 20 minutos, y tirárselo de nuevo. – ¿Que opinas tu?– Preguntó
–No lo sé, yo opino que cada uno debería hacer lo que quiera. ¿No? ¿Tú que opinas? –Respondió Empotrador83 después de la pausa generada por una calada al cigarrillo que fumaba e intentando ser lo más políticamente correcto.
–Los que están a favor de la Maternidad Subrogada alegan el derecho a ser padres. No hay ningún derecho a ser padres, son los niños los que tienen derecho a una familia. –Continuó Carlos hablando en lo que en ese momento empezaba a ser un monologo. – Por otro lado pareciera ser que la naturaleza nos está diciendo que ya somos demasiados: La tasa de infertilidad y el porcentaje de homosexuales van en aumento. No sé si lo sepas pero algunas teorías explican la homosexualidad como una estrategia de supervivencia de la especie ante la sobre-población. –Empotrador83 no decía nada, sólo terminaba su cigarrillo y miraba con un poco de incomodidad.
–Según Darwin sólo los más fuertes sobreviven. La especie humana no funciona así, al contrario, prolongamos la vida aun para aquellos que se han vuelto débiles. Es más, hacemos lo posible por mejorar la calidad de vida de aquellos que nacen débiles. No sólo destruimos la naturaleza, vamos en su contra. ¿Me sigues? –Preguntó Carlos a Empotrador83 mirándole a los ojos y descuidando por un momento a la persona imaginaría con la que parecía hablar en el vació.
–Si, te sigo. –Respondió Empotrador83, quien en ese momento había apagado su cigarrillo y empezaba a asumir que la lluvia fuera podría ser más cómoda que aquel chico que no paraba de hablar. Aún así, sigió atento, no por lo que decía, sino más bien porque el sexo había sido bueno y al igual que Carlos, se planteaba repetir en breve.
Carlos se levantó del sofá y su oyente lo siguió con la mirada. Le resultaba bastante atractivo aquel cuerpo aun oliendo a sexo y con la entrepierna algo excitada. Carlos le preguntó si quería algo de tomar.
– Tengo birras, vino y agua. ¿Que quieres?
–Una birra, gracias.
Carlos sacó dos birras de la nevera, limpió la parte de arriba de la lata, le paso una a Empotrador83 y destapó la suya. Se acercó a la ventana, toco el pecho de aquel extraño, deslizó su mano por el abdomen y llegó hasta la entrepierna. Comprobó que en breve empezaría a animarse. Volvió al sofá y con una pierna en el suelo y la otra recogida siguió con su monologo.
–¿Tu crees que debemos seguir trayendo niños a un planeta con problemas de sobre-población y cuyos recursos naturales son cada vez más escasos? ¿Por qué no facilitar la adopción? ¿Por qué la gente quiere hacer réplicas de sí misma? La respuesta es la estupidez humana.
–Yo quisiera ser padre, me gustaría adoptar. Respondió Empotrador83 sorprendiéndose a sí mismo de la honestidad y prontitud de su respuesta.
– Hay modelos económicos que plantean que a cada mujer se le debería otorgar un máximo de dos licencias de maternidad, es decir el derecho a tener dos hijos. Con la posibilidad de vender una. En definitiva, priorizar el derecho de los niños a tener un hogar en condiciones al deseo egocéntrico y en algunos casos bíblico de algunos adultos de replicarse. – Respondió Carlos pareciendo ignorar la respuesta del extraño.
–¿No es eso un poco Nazi e Inhumano? –Preguntó Empotrador83 dejando la birra a un lado, con un tono de voz de disgusto, mirando a Carlos directamente, desafiándole y mostrando claramente que de su respuesta dependía el segundo polvo.
–Piensa en los niños que actualmente se mueren de hambre y los que no tienen un hogar. Ahora piensa en una pareja pagando 50.000 euros por un vientre de alquiler ¿Esto no te parece inhumano o Nazi?
Empotrador83 se vistió y se fue. Carlos se había corrido mentalmente justo en ese momento y sentía haber violando la mente de su amante. El placer que le producía ridiculizar los razonamientos de otros era a veces mucho más orgásmico que el de follarlos con el cuerpo. Compensó lo estúpido que se sintió por follar sin condón con lo inteligente que le hacía sentir que lo que él considera un pequeña mente, no tuviera más argumento que dejar el ring. Nunca preguntó su nombre, no importaba. Sabía que aquella charla había sido para sí mismo, era una forma de sentirse mejor. Igual que sabía que pronto volvería a follar sin condón. Cogió el teléfono y llamó a Checkpoint.
Categorías:Relatos
Andrey Montero
Aprendiendo a escribir.
Querido amigo debo de aprender a escribir con el gusto y acierto que usted tiene
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Como todo personaje vulgar y egocéntrico es alguien al que debes querer porque jugar a querer es una liga que la “subnormal perdida” valora mucho. A cierta edad una “subnormal de los cojones” valora mucho que no la abandonen porque tiene tanto miedo a la manera en la que encuentra el placer que si pusiéramos luz en la oscuridad veríamos a la banda tocar.
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Carlos se levantó con el ansia de tener que explicarlo todo. Estaba lleno de influencias. La arquitectura de Sansebastian parecía que quería dale la bienvenida a su secreto y destruir la máscara que se había construido. Carlos odió intensamente su inocencia, recordó el amor hacia lo desconocido y su última pareja del estudio Chiperfield Londres donde el concepto de arquitectura homosexual se oponía a sus confesiones en las que el parroco donostiarra no pudo dar consuelo a sus ganas de morir ante la imposibilidad de saltarse la normativa de urbanismo. Quiso gritar Chiperfield y volver a Londres. Buscar a aquel hombre y dárselo todo. Aceptar un pobre como animal acuático y afrontar lo del opio del pueblo porque era mucho más serio de lo que había querido reconocer.
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